Comprender a los adolescentes (II parte)
La habitación del pánico o lo que es lo mismo la habitación de la adolescencia
El estado en que se encuentra la habitación de un adolescente o preadolescente es una queja constante de padres y madres en la consulta.
El desorden , traducido a veces en caos, la acumulación, lo que consideran decoración etcétera suele ser fuente de conflicto en la familia.
Por eso cuando les planteo a madres y padres que la habitación es un espacio sagrado donde no deben entrar muestran resistencia. Después, cuando bromeó con los dos únicos supuestos en los que sí pueden entrar -ante la necesidad de recuperar la "vajilla atrapada" o cuando aparezcan "bichitos" por debajo de la puesta- entonces se relajan y comenzamos a entendernos.
La habitación para una adolescente o preadolescente es un espacio de expresión e individualidad y, a la vez, un lugar en el que nosotros como progenitores podemos ver cómo se encuentran, como se sienten o como querrían sentirse.
Más allá del desorden, si observamos con calma y observar no es ordenar, limpiar, tirar, criticar, espantarse o quejarse- podremos descubrir qué cosas le interesan o no a mi hija, qué complejos tiene mi hijo o cuales considera que son sus fortalezas. Todo eso, aunque no lo creáis, está en su habitación.
Como terapeuta, y como madre, entiendo perfectamente la necesidad de orden y de límites y por ello, se lo podemos -y debemos exigir- en relación a los espacios comunes; no así en relación a su habitación.
Que sea obligatorio dejar el baño recogido para que no parezca un muestrario de perfumería o pedirles que se hagan responsables de la comida o limpieza del salón es necesario para que aprendan qué es la convivencia. Sin embargo, tal y como adelantaba en el primer artículo, en lo relacionado con su habitación debemos ser esa estrella invitada a la que se le permite pasar para observar y poder comentar acerca de lo que observamos o lo que nos preocupa.
Si has leído hasta aquí te invito a levantarte y asomarte a su habitación. Cuéntame qué ves, qué echas en falta, qué te llama la atención, qué te preocupa y te ayudaré a ayudar.